El Dr. Bach, pionero de las esencias florales

Según la primera acepción de la palabra, las esencias son extractos concentrados. Desde que el Dr. Edward Bach utilizó con éxito las esencias florales con sus pacientes, la palabra se utiliza cada vez con más frecuencia para designar preparados vibracionales. Y en este sentido es como utilizamos esta palabra en este libro. La esencia contiene la vibración energética viva característica de la planta que la transmite mediante la sustancia portadora: el agua.

Dr. Bach

Cada esencia es el soporte del campo energético de una planta, de un mineral o de un animal. Las esencias tienen una acción armonizadora debido a que corrigen nuestros desequilibrios, contribuyendo a recuperar el equilibrio entre el cuerpo, el alma y el espíritu. “La tierra es el suelo que porta la planta y la mantiene, el aire es lo que las alimenta, el sol o el fuego las hace capaces de transmitir su fuerza y, finalmente, el agua recoge sus poderes sanadores y los conserva.”

El Dr. Edward Bach (1886-1936) fue un médico inglés que desarrolló las esencias florales, conocidos en la actualidad bajo el nombre de “Flores de Bach”. En su constante investigación para encontrar una nueva forma de tratamiento, estableció el vínculo entre las enfermedades y sus causas, relacionadas con los estados de ánimo, la moral y los esquemas de comportamiento de diferentes tipos de personas. Para él, cada enfermedad corporal tenía un origen a nivel del alma, por ejemplo, en las emociones negativas o los miedos, que influencian el estado de la armonía interior. Descubrió que ciertas flores y plantas tenían la capacidad de transformar en positivo esas fuerzas negativas.

A la potencia curativa de esas plantas la denominó el “potencial” de las flores. El Dr. Bach también se dio cuenta de que pacientes que desarrollaban la misma enfermedad, frecuentemente reaccionaban a ella de manera diferente. Durante sus largos años de experiencia, pudo reconocer que la manera de reaccionar de una persona era, en realidad, el desencadenante que permitía que se expresase el sufrimiento corporal. Así, según él, ciertos rasgos de personalidad en su expresión negativa debilitaban las fuerzas vitales, abriendo así el campo a la enfermedad.También comprendió muy rápidamente que el rocío que se encontraba a la sombra era menos eficaz que el expuesto al sol. De esta forma, desarrolló el método de preparación denominado el “método solar”.

Recogía delicadamente una buena cantidad de flores de un tipo particular, las depositaba en una copa de cristal llena de agua y las dejaba reposar durante algunas horas al sol; la potencia del sol transfería la fuerza curativa de la planta al agua. No obstante, la falta de luz solar a principios de la primavera inglesa le planteó grandes problemas; por ello, desarrolló un método complementario de preparación, el “método por ebullición”. Se recogían las flores y los capullos y se introducían en agua hirviendo.

Para la preparación de estas esencias, el Dr. Bach sólo utilizaba flores y capullos, puesto que, como concentran la energía vital de la planta, ofrecen la máxima eficacia.En su tiempo, el Dr. Bach obtuvo resultados notables con sus nuevos remedios: “Cuida la personalidad enferma y el cuerpo seguirá por si solo”, lo que estaba en oposición con todas las ideas prevalecientes en la época, según las cuales las enfermedades ocurrían por azar. Por tanto, el Dr. Bach se orientaba ante todo hacia las situaciones de conflictos emocionales de sus pacientes, que él transformaba en positivas mediante la esencia adecuada.

La base de la teoría del Dr. Bach era que cada persona tenía que realizar determinadas tareas en su vida para adquirir diferentes procesos de aprendizaje. Por ejemplo, algunas tienen problemas con la perseverancia y el mantenimiento de una decisión, mientras que otros tendrán dificultades con la actividad y la responsabilidad personal.

Desde entonces, numerosas personas han podido comprobar que las esencias, de manera general, son una posibilidad maravillosa que supera los métodos habituales de tratamiento. Las esencias no sólo abren nuevos caminos para comprender la curación, sino también la prevención.

Evolución de las esencias

El Dr. Bach realizó el resto de sus 38 remedios durante los últimos años de su vida. Pero su obra comenzó a ser conocida por el público en general bastantes años más tarde. Hasta los años setenta sus
descubrimientos no se volvieron a considerar y a difundir; en los tiempos del Dr. Bach no existían numerosos problemas actuales. Durante los últimos cincuenta años, a los seres humanos se les presentaron, a una tremenda velocidad, tareas completamente nuevas. Así, en los años ochenta y noventa, nuevas investigaciones en todo el planeta han dado por resultado numerosas esencias nuevas, que afectan a campos que el Dr. Bach no había tratado.

El modo de acción de las esencias

Si se observan las esencias al microscopio para encontrar en ellas principios activos materiales que puedan explicar sus efectos, no se encuentra ¡nada! Desde un punto de vista químico, sólo están constituidos por agua y alcohol. Al igual que los preparados homeopáticos de alta dilución, actúan a un nivel no material.La materia no es lo que parece. Cada objeto, cada cuerpo animado o inanimado está en movimiento en su más pequeña dimensión; en otras palabras: vibra.Al número de vibraciones por segundo se lo denomina frecuencia; en cada frecuencia puede modularse una información particular. Las ondas radioeléctricas están basadas en el mismo principio para emitir y recibir palabras o música en ciertas bandas de frecuencia.

Las esencias funcionan de una forma similar, de tal manera que pueden equilibrar informaciones desarmónicas.La enfermedad puede considerarse, entre otras cosas, como la manifestación de una información ausente o falsa, que se percibe inconcientemente y que se expresa mediante la enfermedad. Las personas que tienen una visión holística, piensan que la mayoría de las enfermedades corporales –si no todas- tienen su origen en una desarmonía a nivel de los cuerpos sutiles, invisibles para el hombre.El sentido y lo fundamental del trabajo con todos los tipos de esencias consiste en estimular nuestras propias fuerzas de autocuración a través de nuestras emociones y nuestros pensamientos; tenemos que aprender a ser más concientes de ello.

El espíritu forma la materia. Todos los procesos psíquicos vibran con arreglo a ciertas frecuencias energéticas. La armonía y la salud vibran en la información de la luz y del amor. Las esencias, tanto si son de flores, de piedras preciosas o de animales, pueden completar las informaciones sanas que faltan y disolver los bloqueos del flujo vital. En primer lugar, se trata de restablecer un equilibrio para que el cuerpo pueda movilizar sus propias fuerzas de autocuración. A continuación, las esencias ayudan a nuestros cuerpos sutiles a equilibrarse y así puede elevarse nuestra frecuencia vibratoria. Sus impulsos pueden sacudir a nuestro inconciente, lo que frecuentemente permite que salgan a la superficie esquemas de comportamiento inconcientes. Esto permite ser consciente de esos esquemas y finalmente liberarse de ellos.